Aprendiendo de mi Mascota - Parte II

En la vida tendremos la oportunidad de aprender siempre, de todo y todos los que nos rodean. En una publicación anterior compartí unas cuantas de las muchas lecciones que he aprendido de mi cachorro "Lamby", así que a continuación finalizaré con las últimas tres, las cuales creo son muy importantes.

3. La corrección me hace mejor. En general no amamos el ser corregidos, desde que somos niños evitamos la corrección. Aún siendo personas suficientemente mayores siempre queremos tener la razón. Al venir lamby a casa tuve que enseñarle como debía comportarse, lo que no debía morder, donde tendría que hacer sus necesidades entre otras cosas. Me fue necesario corregirlo en algunos momentos con un periódico en mano, no me sentía muy feliz de hacerlo pero sabía que era lo que debía hacer. Ahora es un perro muy obediente, nunca me trae problemas y eso hace que lo ame más. Si somos padres cuidemos de los demás, el que corrige ama. Sí somos corregidos es una muestra de amor de alguien más quien quiere vernos bien y que seamos mejores personas.

4. La vida es una aventura. Mi pequeño es un amante de la aventura, disfruta cada paseo, es un curioso y comparte con los demás perros que encuentra. La vida es para descubrir, compartir, atrevernos y soñar. No dejemos de vivir por estar en una rutina, encerrando nuestros sueños en cristal y solo viéndolos como si nunca fueran a suceder, disfrutemos de la aventura.

5. El amor se demuestra. Realmente amo encontrar a lamby en la puerta al llegar cansada de un día largo, cuando me muestra que me aprecia al mover la cola y me hace reír cada mañana. Puede que sea solamente un pequeño cachorro pero sus muestras de afecto me hacen sentir amada. Demostremos que las personas que nos rodean nos importan, a veces no somos lo suficientemente agradecidos con nuestros padres o amigos, con muestras pequeñas como abrazos, besos, y sonrisas podemos cambiar la perspectiva de alguien más hacía nosotros y hacerlos sentir amados.