Lo que la lluvia me enseñó...

Fue en una tarde de agosto mientras me retiraba del trabajo el día en que a través de la lluvia aprendí una lección.  Caminaba hacía la parada del bus, de pronto la lluvia empezó a aumentarse.  Me encanta la lluvia, en cierto modo me relaja, esto no quiere decir que mojarme sea uno de mis hobbys, pero esa tarde por alguna razón decidí caminar bajo la lluvia; era viernes y bueno aunque no llevaba un paraguas, los viernes suelo tomar el día de manera distinta así que no me molesto hacerlo. 

Mientras caminaba pude ver como muchas personas se quedaban atrás, algunos no llevaban paraguas por lo que preferían quedarse en los edificios y ver como los que sí llevaban llegaban antes a sus destinos.  Por otra parte los que llevaban paraguas aunque no paraban su camino, iban a un paso lento ya que a pesar de llevar algo para protegerse de la lluvia temían mojarse o que al caminar tropezaran con la sorpresa de haberse parado en un charco, en mi caso eso no me afectaba, ya estaba suficientemente expuesta al agua como para preocuparme por mojar mis zapatos. 

De pronto me di cuenta que había pasado a todas las personas que se cruzaban por el camino, también pude notar como las personas iban molestas por haberse mojado mientras yo disfrutaba el sentir las gotas de lluvia en mi rostro.  Entonces comprendí que de eso se trata la vida, solemos preocuparnos demasiado de algunas cosas insignificantes y despreocuparnos por lo que realmente importa.  Queremos llegar al destino perfecto sin disfrutar del viaje y mientras más tenemos estamos menos dispuestos a arriesgarnos...  

La lluvia me enseñó a ser agradecidos en todo momento, también que si caminas rápido o lento siempre tendrás la misma posibilidad de mojarte, así que mejor toma la velocidad que te permita disfrutarla sin preocuparte por no llegar. Aprendí que hay que mantener una buena actitud tengamos o no un paraguas.  La lluvia me enseñó que Dios nos habla de maneras distintas y si no lo hemos escuchado, es porque no prestamos atención a detalles tan pequeños y bellos como las gotas de agua que caen del cielo...