Sheila's Blog

Escuché alguna vez una historia muy romántica, la cuál tuve la oportunidad de leer.  Trataba acerca de un hombre que trabajó siete años para poder tener derecho de casarse con la mujer de sus sueños, pero al finalizar los siete años fue engañado y lo alejaron de su sueño, ella.  El estaba tan loco, que estuvo dispuesto a trabajar siete años más con tal de poder tener la oportunidad de hacerla parte de su vida, luego de los catorce años que trabajó por ella, al fin pudieron estar juntos.  El padre de este hombre cuyo nombre era Isaac tuvo una historia un tanto distinta y fuera de lo común en la actualidad, pero también hermosa, su padre envió a un criado a buscar una esposa de su pueblo para Isaac.  ¿Cómo se sentiría el criado haciendo esa labor? por supuesto que no sería fácil encontrar a la mujer adecuada para el hijo de su amo, así que hizo algo que marco la diferencia, le pidió a Dios que lo guiará para poder encontrarla, para tomar la decisión correcta, y ¿saben que pasó

La vida está llena de sorpresas, no importa de donde vengas, sino hacía donde te diriges y como reaccionas en el camino, ya que el fin de la carrera no es sólo llegar a la meta, más bien la meta consiste en haber disfrutado del viaje. En el transcurso de mi vida he tenido la dicha de pasar por muchos procesos en donde mi vida ha sido transformada, y es que para eso sirven los procesos, para convertir algo que no era, en algo que es, o en mi caso en alguien que es.  No niego que he tomado decisiones incorrectas y me he equivocado un sin fin de veces, esto provocó frustración en mi vida, la que en algún momento causó que me alejara de Dios.  Sin embargo, él siempre ha buscado llamar mi atención, seguramente ha hecho lo mismo contigo.  A veces en la vida tenemos pruebas en donde nuestra identidad es confrontada, en otras ocasiones nosotros mismos elegimos pasar por esos procesos a causa de nuestras decisiones, en cualquiera de las dos que hayas pasado o que te encuentres, t