Una historia de amor

Escuché alguna vez una historia muy romántica, la cuál tuve la oportunidad de leer.  Trataba acerca de un hombre que trabajó siete años para poder tener derecho de casarse con la mujer de sus sueños, pero al finalizar los siete años fue engañado y lo alejaron de su sueño, ella.  El estaba tan loco, que estuvo dispuesto a trabajar siete años más con tal de poder tener la oportunidad de hacerla parte de su vida, luego de los catorce años que trabajó por ella, al fin pudieron estar juntos. 


El padre de este hombre cuyo nombre era Isaac tuvo una historia un tanto distinta y fuera de lo común en la actualidad, pero también hermosa, su padre envió a un criado a buscar una esposa de su pueblo para Isaac.

 ¿Cómo se sentiría el criado haciendo esa labor? por supuesto que no sería fácil encontrar a la mujer adecuada para el hijo de su amo, así que hizo algo que marco la diferencia, le pidió a Dios que lo guiará para poder encontrarla, para tomar la decisión correcta, y ¿saben que pasó?, Dios le contestó, le mostró quién era conforme a lo que había pedido... luego el criado y la doncella fueron hacía el lugar donde se encontraba el Joven, y una frase que me encanta acerca de esta historia es, "y el al verla, la amó"... 

Mujer, no te afanes por encontrar a tu príncipe azul, esos príncipes no existen.  Pero sí existen hombres esforzados y valientes, hombres que aún en medio de la sociedad que hoy nos rodea saben amar y corresponder de manera correcta a una mujer, hombres que no buscan que sea fácil, sólo que sea posible. 

Amarte a ti misma es de suma importancia, si no llegas a amarte a ti misma, créeme no podrás amar a alguien más, debes amarte, sonreírte, enamorarte a ti misma, porque cuándo ese hombre llegue, de aquí a unos meses o varios años, no será lo que estabas esperando, sino lo que sorprendió tu vida de manera inesperada, pero marco un antes y un después.  

No te enamores de alguien que sólo tenga cara bonita, no te enamores de un físico, hazlo de quién te cubra bajo la lluvia, quizás no llegue a trabajar catorce años por ti, quizás no lo haga siete, pero abre tu corazón a quién esté dispuesto a darte de su comida favorita, de quién esté dispuesto a compartir sus momentos buenos y abrirte el corazón en los malos, quien no tema mostrar su debilidad, del hombre que te haga sonreír diariamente, de aquel que no resista ver una lágrima en ti, de quién te haga sentir que no es cierto, que te encuentras soñando.  Los cuentos de hadas no existen, pero si las historias de amor verdadero. Se paciente, no te afanes, por que una mujer que ama a Dios, es segura de sí misma y tiene un corazón alegre, es irresistible a un buen hombre.

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