¿En busca de aprobación?
-Mientras daba esos pequeños pasos para caminar hacía el frente, volteaba su cabeza una y otra vez, solo quería asegurarse de que ella estaba allí. subió las gradas que lo llevarían al frente de esa pequeña gran cantidad de personas, unas 35 diría yo, para tan solo sus 5 años de edad, era toda una multitud. Al estar al frente empezó a sonar la melodía, mientras el pequeño daba los pasos de la coreografía que le había enseñado su maestra, no pensaba en algo más que en tener la aprobación de la bella mujer que se encontraba entre el público, su madre, quien estaba sentada en la primera fila, con su mirada puesta en el pequeño y esa gran bella sonrisa.-
Entre nervios y seguridad en los últimos segundos confundió los pasos y tropezó, sintiéndose avergonzado intento continuar con lo aprendido pero no salió del todo como esperaba, al final de la canción solo veía a su madre a los ojos, esperando haberlo hecho bien, ella fue la primera en ponerse en pie y aplaudir junto con los demás padres de familia. Sin embargo al pequeño no le importaban los demás, ni siquiera la directora o maestra del colegio, lo único él deseaba realmente era sacar una sonrisa en el rostro de su mamá, quería con todo su corazón la aprobación de la mujer que amaba.
Todos buscamos de alguna forma la aprobación en o con alguien, desde que somos pequeños con nuestros padres, cuando estamos estudiando en un colegio o universidad o simplemente con las personas que nos rodean, como nuestros amigos o familia. En lo personal creo que cuando buscamos la aprobación en las personas correctas, nos beneficiamos debido a que estas personas pueden sacar lo mejor de nosotros mismos. Sin embargo, nuestra mirada no debería estar puesta en ellos ya que si de algo estamos seguros como seres humanos es de que en algún momento de nuestra vida le fallaremos a alguien, así que debemos estar consientes de que también alguien nos fallará a nosotros.
Cuando eliges hacer lo correcto buscando la aprobación de Dios, no del mundo, no de las personas, no de la sociedad, vives diferente, dejan de molestarte las criticas de las personas, los malos comentarios y aún los halagos del mundo no tienen el efecto que se compare con la sonrisa que viene del cielo, con la satisfacción de que quieres agradar a Dios y con la seguridad que esto te brinda. No hay nada más hermoso que caminar en la vida con la mirada puesta en Jesús.
Colosenses 3:23; Hebreos 12:2
Entre nervios y seguridad en los últimos segundos confundió los pasos y tropezó, sintiéndose avergonzado intento continuar con lo aprendido pero no salió del todo como esperaba, al final de la canción solo veía a su madre a los ojos, esperando haberlo hecho bien, ella fue la primera en ponerse en pie y aplaudir junto con los demás padres de familia. Sin embargo al pequeño no le importaban los demás, ni siquiera la directora o maestra del colegio, lo único él deseaba realmente era sacar una sonrisa en el rostro de su mamá, quería con todo su corazón la aprobación de la mujer que amaba.
Todos buscamos de alguna forma la aprobación en o con alguien, desde que somos pequeños con nuestros padres, cuando estamos estudiando en un colegio o universidad o simplemente con las personas que nos rodean, como nuestros amigos o familia. En lo personal creo que cuando buscamos la aprobación en las personas correctas, nos beneficiamos debido a que estas personas pueden sacar lo mejor de nosotros mismos. Sin embargo, nuestra mirada no debería estar puesta en ellos ya que si de algo estamos seguros como seres humanos es de que en algún momento de nuestra vida le fallaremos a alguien, así que debemos estar consientes de que también alguien nos fallará a nosotros.
Cuando eliges hacer lo correcto buscando la aprobación de Dios, no del mundo, no de las personas, no de la sociedad, vives diferente, dejan de molestarte las criticas de las personas, los malos comentarios y aún los halagos del mundo no tienen el efecto que se compare con la sonrisa que viene del cielo, con la satisfacción de que quieres agradar a Dios y con la seguridad que esto te brinda. No hay nada más hermoso que caminar en la vida con la mirada puesta en Jesús.
Colosenses 3:23; Hebreos 12:2
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