"El día que mi vida Cambio"

Todos hemos vivido momentos de emociones, cuando digo "emociones" me refiero a expresiones de sentimientos internos, causados por cualquier tipo de hecho, en algunos casos producen tristezas, alegrías, entre otros. 

Cierta vez, tuve un momento de soledad, esos momentos en que piensas que tu pasado fue mejor, sientes que fracasaste, sientes que nadie te entiende más que tu mismo(a) y la almohada que te conforta por las noches. Siendo sincera soy de esas personas que sueltan lagrimas en momentos emotivos, viendo una película o al leer una carta, pero esa vez fue distinta. Realmente me sentía devastada, sentía una necesidad de algo más, no bastaba salir con mi familia, amigos, colegio, porque al volver a casa, al entrar en mi habitación volvía a esa sensación de un vacío interno. 

No duró mucho, hasta una tarde que tuve una pequeña discusión con mi madre, entre a mi dormitorio muy molesta y rompí en llanto, parecería "normal" para algunas personas desahogarse de esa forma, pero llore tanto que llegué al borde de no saber que sentía y porque me sentía de esa manera, nunca en mi vida había llorado de esa forma, era como si de mi alma saliera la necesidad de algo que no estaba presente, de alguien que no llegaría y como si mi corazón hubiera desfallecido. -Toc, Toc... se escucho la puerta, tapando mi boca con un paño para que no escuchara la persona del otro lado, intente ver quien era...

Del otro lado se encontraba mi padre, con una dulce voz preguntó ¿Te encuentras bien?, ¿Puedo pasar?, no tenía palabras, no quería decir algo y que supiera que lloraba al escuchar el quebrado de mi voz. Sin recibir respuesta abrió la puerta, al verme hizo una sola cosa, me abrazó. No pude contenerme y me derretí, fue el abrazo que nunca había recibido, lo que necesitaba, me recosté en sus brazos y llore hasta que ya no pude más. Mi padre no dijo una sola palabra, es más se quedó dormido en mi cama mientras yo seguía llorando, pero ese abrazo me dio la paz que nunca había sentido en mi vida, se llevo todo mi desanimo, mi frustración, todo aquello que me mantenía desenfocada y ese sentimiento de soledad. 

Entonces lo entendí no era mi padre físico el que me hacía sentir así, era Dios mi padre del Cielo... Sí, era Él quién no se mostraba físicamente pero a través de esos brazos me llenaba de amor y me hacía entender que no me encontraba sola, que aunque no lo viera el siempre estaba y está aquí. Su amor es eterno y su misericordia para siempre. Puedes o pueden pensar que estoy loca y decir lo que quieran, pero como alguien dice en una canción "la Ciencia podrá negar su existencia, podrá decir que nuestra fe en Jesús es ignorancia, pero no podrán borrar lo que El hizo en mi ser..."

Sí nunca has tenido momentos así, créeme que puedes tenerlos justo, hoy, justo ahora... y si lo has tenido, nunca los olvides, porque esos momentos, esos días, son los que cambian nuestras vidas.




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