Mi historia en la lavandería
Hace un par de semanas hubo un clima constantemente lluvioso, amo la lluvia pero no me agrada tanto los días que lavo ropa, (ya saben, porque no se seca en tiempo y a veces adquiere aroma a húmedo). Fue sábado el día que amaneció oscuro el cielo y parecía ser un día destinado a que la ropa no se secara. Desde temprano decidí que la mejor opción era la lavandería, así que fui.
Encuentro a la señorita muy ocupada, tenía tantas canastas como ropa y lavadoras trabajando, sorprendida y en forma de pregunta le dije sonriendo: "Se mantiene muy ocupada los fines de semana verdad?", ella con sinceridad y agradecida respondió algo como: "Gracias a Dios estos días ha estado lloviendo y viene más gente a lavar y secar su ropa"... ¡¿Qué?! pensé, me dio risa para ser honesta pero tenía sentido, lo que para mí parecía algo aparentemente "malo" para ella o el negocio en sí era una bendición. ¿Imaginen cuando las funerarias le piden a Dios trabajo? jaja.
En esta historia hay una lección pequeña pero importante, "todos tenemos nuestro tiempo."
Haz visto o escuchado logros de personas a tu alrededor y te preguntas ¿y yo cuando haré algo así?, viajar, construir, crecer, tener un negocio, graduarme de la universidad, casarme, tener hijos, encontrar al amor de mi vida, adoptar un perro, ¡lotería! jaja... pues bien, es importante saber que todo tiene su tiempo y todos tenemos nuestro momento, el tiempo es relativo y distinto para cada persona, no existe una regla para la edad correcta en la vida, solo una condición y es vivir en tu tiempo, en tu momento. No desesperes ni afanes por pensar en lo que los demás si o no han logrado, vive tu vida, tus sueños y tu tiempo. Quizás hoy sea tu día lluvioso, pero ten fe que mañana saldrá el sol... y lograrás secar tu ropa....
¡Hasta pronto!
Sheila Godoy
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