7 Razones por las que deberías guardar tu corazón.

Tener conocimiento no es lo mismo que hacer uso de él.  Todos sabemos que debemos guardar nuestro corazón, ¿Lo hacemos realmente? he aquí la diferencia.
"Y sobre todas las cosas, cuida tu corazón, porque él es fuente de vida." Proverbios 4:23 (VAD) 
 1. El corazón puede endurecerse y provocar que dejemos de tener fe, en Dios y lo que él puede hacer, también en las personas. Marcos 6:52

2. El corazón puede quedarse ciego, y en esa condición es incapaz de ver las verdades de Dios, además sí lo aplicas en una relación personal, puede causarse daño. Juan 12:40

3. El corazón es el lugar donde inicia el pecado. Las acciones de una persona reflejan lo que existe dentro de su corazón. Mateo 15:18-20

4. Las palabras son el fruto de lo que una persona guarda en su corazón. Así como las acciones, lo que una persona habla es lo que piensa y tiene en su corazón. Mateo 12:34

5. El diablo ataca el corazón del hombre. Nuestro corazón es sensible ya que guardamos emociones, muchas veces tus emociones serán influenciadas para que no cumplas lo que Dios tiene preparado para tu vida. Juan 13:2

6. Las dudas se inician en el corazón. ¿Alguna vez te has sentido pensativo acerca de tu vida? o quizás estas seguro de algo y de pronto empiezas a dudar acerca de lo que quieres o esperas. Cree firmemente en lo que quieres, incluye a Dios en tus sueños y verás resultados increíbles, te lo aseguro. Marcos 11:23

7. La tristeza y la turbulencia se hallan en el corazón. También tu rostro refleja lo que tu corazón siente, los ojos nunca mienten. Proverbios 15:13

El corazón puede meternos en muchos problemas ¿cierto?, la verdad es que todos somos susceptibles a equivocarnos en la manera adecuada de guardar nuestro corazón, sin embargo existe un lugar en donde nuestro corazón esta completamente seguro, es en las manos de Dios.  "Ten cuidado de las cosas que más amas en el mundo, sino esas mismas pueden destruirte." Sí amas a Dios por sobre todas las cosas, te aseguro que nunca tendrás que preocuparte por esa última cita.

Ref. La cuarta dimensión. Yongi Cho.

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